sábado, 13 de noviembre de 2010

Peru 5 (2010) Sobrevolando el Amazonas y los Andes hacia Cuzco

Ruta Pucallpa-Cuzco. Rojo: tierra. Azul: aire.
Perú es un país “XXL”, sólo la proximidad de otros mucho mayores como Brasil o Colombia evita que lo percibamos en su enorme extensión. Para dirigirnos hacia Cuzco y la zona del Machu Pichu decidimos tomar un par de vuelos internos, Pucallpa-Lima y Lima-Cuzco. Estos trayectos también podrían hacerse por tierra en autobús, pero un par de días para llegar allí no te los quita nadie. Por otra parte, está el aliciente de sobrevolar la cuenca del Amazonas y los Andes. Observar la selva desde el aire es espectacular pues el manto verde se extiende en todas direcciones hasta donde alcanza la vista.





Selva vista aérea. Foto: César María Aguilar Gómez
El Ucayali se desparrama sobre la llanura con inmensos meandros, dejando brazos abandonados que dan lugar a lagunas como la de Yaniracocha. El dosel de copas de la selva no es homogéneo como sucede en las masas arboladas de climas templados y boreales, allí una o dos especies monopolizan los diferentes tipos de bosques. Las selvas, por el contrario, están formadas por una gran cantidad de especies distintas y eso crea un dosel accidentado con grandes pies, como los de las ceibas, sobresaliendo del conjunto. Un paisaje de texturas arbóreas que vemos realzado por las luces del amanecer.




Árbol sin hojas y flores amarillas. C.M. Aguilar Gómez.

Aunque a primera vista todo parece verde, compruebo unas manchas amarillas salpicando regularmente el dosel. A prismático veo que se trata de un árbol que ya vimos en uno de los recorridos de Puerto Bermúdez. Entonces ya me llamó la atención pues presentaba ramas desnudas y cubiertas de flores amarillas, así que por suerte lo había fotografiado. Por otra parte, fue el único árbol que vi en plena floración en esa época y, por lo que veo desde arriba, tampoco parecen hacerlo muchas más especies al menos con esa vistosidad.






"Nevados" a vista de pájaro. César María Aguilar Gómez.

Tras la selva vienen los Andes, primero las resecas punas de colores ocres entre la niebla, pero luego los grandes picos de nieves perpetuas que aquí llaman “nevados”. Esta zona central de los Andes alberga el mayor número de montañas de más de 6000 metros fuera del Himalaya, así que es una meca para muchos montañeros. Lo cierto es que solo con verlos desde el aire, con sus agrietados glaciares y sus afiladas crestas de nieve moldeadas por el viento, ya nos sentimos afortunados. De subirlos que le pregunten a Bosco, el valenciano que conocimos en el Humboltd, que venía de escalar algunos de ellos y que llevaba un año preparándose para esas ascensiones.



Luz de tarde en Cuzco. César María Aguilar Gómez.

Y por fin aterrizaje en Cuzco, ciudad colonial situada en una puna requemada a más de 3000 metros y envuelta por toda la magia del legado inca a su alrededor. El choque cultural con lo que hemos visto hasta ahora del Perú es tremendo. De la cumbia amazónica, los colonos y las comunidades ashaninkas y shipibas, pasamos a la quena, los quechuas y una industria turística con la que aún no nos habíamos encontrado en Perú. Aquí permanecemos menos de lo que nos habría gustado, descansando, callejeando y preparando la visita al Machu Pichu.

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