viernes, 29 de marzo de 2013

Caminos de agua (Libro)

Caminos de agua
Román Morales
Ediciones La Palma. 2011
ISBN: 978-84-95037-72-5

Cuando conocí el reciente libro que Román Morales había terminado de escribir, y su viaje por Sudamérica, corrí a pedir su libro por internet. Tenía que leer algo tan sugerente y original como esa aventura que acababa de protagonizar. Román Morales es conocido por su otro libro llamado "Buscando el Sur" que relata el viaje que, durante varios años, hizo cruzando Sudamérica a pie por la cordillera de los Andes. Después ha estado por muchos más sitios pero, que yo sepa, solo ha escrito estos dos libros de sus viajes. Caminando por los Andes cayó en la cuenta de que se estaba perdiendo de conocer una inmensidad del continente Sudamericano, el de las tierras bajas, el de las llanuras y las selvas.






Un tiempo después encontró un libro de unos geógrafos sudamericanos que sugerían que, por las características de las cuencas fluviales del continente,  se podía hacer un recorrido de punta a punta usando solo los ríos. Salvo en algunos puntos entre cuencas y unas pocas zonas de rápidos, señalaban que todo el recorrido era navegable. Y estaban en lo cierto. El Amazonas y el Orinoco están comunicados por el Casiquiare, de lo que se deriva una inmensa cuenca fluvial que abarca buena parte de Sudamérica. Los geógrafos hicieron el recorrido en una embarcación a motor y querían con ello revitalizar el transporte fluvial por el continente sin necesidad de hacer grandes infraestructuras viarias.

Parece que esa fue la mecha que necesitaba Román para poner en marcha el proyecto y trazó un recorrido para hacerlo él en piragua. El tiempo para llevarlo a acabo fue de dos años. Dos años alejado de los focos mediáticos, sin darse mayor importancia, alejado de sponsor ni del concepto de expedición deportiva al uso. Por las características de su desplazamiento, uniría siempre tramos en el sentido de la corriente pero en conjunto, el trazado iría desde el río de la Plata en Buenos Aires hasta la desembocadura del Orinoco en el Caribe. No deja de dar vértigo el tamaño trabajo que tenía por delante. Román opta por una travesía que podríamos decir "romántica", nada de GPS ni tecnologías, sino un deambular a fuerza de paladas, durmiendo y conociendo a las gentes ribereñas, preguntando sobre las mejores rutas, conviviendo con mestizos, indígenas o garimpeiros, disfrutando de la naturaleza y recogiendo la historia olvidada de esos lugares. El libro es inmenso, ya que dos años así no se cuentan rápidamente. Es una suerte contar con un relato de ese sueño conseguido con la perseverancia de que es capaz Román Morales.

viernes, 22 de marzo de 2013

Atlas de Anfibios y Reptiles de La Rioja

Pelobates cultripes en Cihuri. César Mª Aguilar
Anfibios y Reptiles de La Rioja es un interesante blog que mi amigo Javier Alvarez lleva trabajándose desde hace un par de años. Las distribuciones de anfibios y reptiles en La Rioja están perfiladas desde hace algunas décadas y contaron con el interés de varios naturalistas y biólogos locales. Sin embargo, el medio natural ha variado desde los primeros trabajos y para la mayoría de las especies los datos publicados tienen ya unos cuantos años. Eso no quiere decir que ya no valgan a grandes rasgos, pero sí hay algunas especies cuya distribución ha cambiado en diferente medida. Es el caso del sapillo pintojo (Discoglossus jeanneae), que ya no cuenta con citas recientes pese a haberlo buscado. Para otras especies, el trasiego de más naturalistas en el campo ha dado alguna "sorpresa".


Anuario Ornitológico La Rioja
Es lo que acaba de suceder con la reciente cita de sapo de espuelas (Pelobates cultripes) en la laguna de Cihuri que hallamos Oscar Zuazo, Ricardo Zaldívar, Carlos Zaldívar y yo el pasado fin de semana y que Javier ha reseñado ya en su blog junto con otra cita suya. Por ello, la iniciativa de actualizar el Atlas Herpetológico de La Rioja que lanzó desde ese blog tiene gran interés. Cada vez hay más gente saliendo al campo y es bueno que lo visto se pueda canalizar para un mayor conocimiento de nuestra fauna. Una iniciativa en este sentido, pero con las aves, es el Anuario Ornitológico de La Rioja con un recorrido de más de una década. Con los anfibios ahora tenemos la ocasión de contribuir con la actualización del Atlas Herpetológico de La Rioja. Para esa revisión se han elaborado mapas de distribución con cuadrículas UTM 10x10 Km de todas las especies diferenciando entre, citas antiguas de más de cinco años (en gris) y citas actuales (en negro). 






Mapa del Lución (19Mar13). Blog Javier Álvarez
Cualquiera puede mirar esos mapas y revisar sus zonas de campeo, para descubrir que puede aportar hasta con las especies más comunes.Para facilitar la toma de citas Javier tiene el atlas con los mapas para descargar en pdf. Teniéndolos a mano cualquiera puede saber en una salida al campo, qué observaciones interesa recoger. Se pueden descargar en este enlace. Bueno, comienza la primavera y seguro que entre todos mejoramos los mapas de distribución de las especies en nuestro territorio. ¡Ánimo!

viernes, 15 de marzo de 2013

Año de lluvias, noches de anfibios

Amplexo sapos corredores. Foto César Mª Aguilar
Esta semana de frío y nieve, los cortejos de celo de los anfibios se han ralentizado a la espera de mejores temperaturas. Sin embargo, qué distinta fue la semana pasada. El miércoles 6 de marzo salió una noche ideal, unas temperaturas que rondaban los 17 ºC al atardecer, un goteo suave sin llegar a lluvia y nada de viento. Con todo el agua que ha caído este invierno los anfibios debían andar deseosos para acudir a sus puntos de reproducción. Aproveché para acercarme al sitio más cercano en los alrededores de Logroño. Allí, en estas fechas aparecen de la "nada" los sapos corredores (Bufo calamita) y los sapillos moteados (Pelodytes punctatus).




Sapos corredores (Bufo calamita) C. Aguilar
Y digo de la nada porque, en un sitio degradado como ese, uno no espera que haya vida. Así de agradecidos son los anfibios. A pocas condiciones que tengan, enseguida salen adelante, aunque las buenas condiciones son cada vez más escasas. La zona en cuestión es una de antiguas graveras sobre una terraza aluvial elevada del valle del Ebro, el Monte del Cristo. La zona ha mantenido en las laderas algo de matorral natural y campos de cultivo abandonados, pero el punto de reproducción no ha podido sufrir más perrerías en las últimas décadas, pero ellos ahí siguen, fieles a su cita. Hoy el lugar es un vertedero de áridos, así que ese sitio  poco eneje de bucólico.



 

Bufo calamita y Pelodytes punctatus. C. Aguilar
Muchos de los charcos se han formado por las rodadas de los camiones. No son más que cuatro charcos estacionales que se forman sobre el suelo arcillosos de los depósitos de gravas. Y es que la principal característica de ese punto de reproducción de anfibios es su temporalidad. Los superficiales charcos se llenan con las lluvias de finales del invierno y se secan en poco tiempo. La gran mayoría de los renacuajos que se ponen allí mueren, pero algunos metamorfosean rápido y salen adelante. Sapos corredores y sapillos moteados eligen a propósito ese tipo de aguas tan temporales, aún con los riesgos que ello conlleva.





Puesta de Pelodytes punctatus. César Mª Aguilar
Con esa estrategia, pueden ocupar medios sin puntos de agua permanente, como es la zona, y al reproducirse evitan además la depredacción. Peces y cangrejos depredan sobre los renacuajos, así que si pongo los huevos en una charca recién creada y que se secará en unas semanas, me aseguro que no habrá allí nadie que pueda vivir y se los coma. Eso es lo que deben "pensar" esos bichos, al menos es la estrategia por la que han optado. Para que ello tenga éxito y minimizar el riesgo de mortalidad por desecación, hay que poner cuantos más huevos mejor. A especies como estas se les llama estrategas de la "R", tienen una gran puesta pero los cuidados posteriores son inexistentes.




Gran "pompa de chicle" Bufo calamita. C. Aguilar
En esa situación algo quedará, aunque sea poco será suficiente. Lo contrario sería un estratega de la “K”, en anfibios es el caso del sapo partero (Alytes obstetricans). Conozco el lugar desde hace 25 años, pues ya iba de niño allí a "rescatar" los renacuajos que morían cuando se secaban los charcos. Transcurrido este tiempo, la población sigue. La estrategia funciona. La pasada semana estaban como locos, se escuchaban y veían decenas de sapos corredores con sus grandes papadas hinchadas como si estuvieran haciendo pompas de chicle. Luego oías a los moteados, pero más tenue. Su canto a mí me recuerda al que se hace al sacar un corcho de botella de vino girándolo.




Pelodytes punctatus cantando. C. Aguilar
Esto debe ser la “impronta” de haber nacido en La Rioja, tierra de vinos. También hay quien dice que le recuerda a una "pedorreta" como la que hacen los sisones, en fin que hay muchas asociaciones para recordarlo. Ese canto es más tenue que el de los corredores. A primera vista no ves donde andan, pero en cuanto te fijas ahí están cantando con medio cuerpo metido en el agua. No son difíciles de localizar, eso sí, su "pompa de chicle" es más pequeña, en realidad la papada no se dilata tanto y es menos escandalosa. En fin, que fueron solo dos especies y un rato, pero ya se puede tomar el pulso a la primavera que llega.

sábado, 9 de marzo de 2013

Un balcón a la calle San Juan 3

Mirlo "come-uvas" Fotos: César Mª Aguilar
El pasado invierno tuve un visitante inesperado en el balcón, un mirlo que no había visto nunca aparecer por allí. Alguna vez lo ví cantando en lo alto de las antenas, pero son aves muy esquivas que si no tienen nada que buscar no se ven por los balcones. La glorieta del Doctor Zubía y el Parque de Espolón no están muy lejos en línea recta de mi casa, así que imagino que sería alguno de los que crían por allí o en algún patio arbolado. El caso es que lo solía ver con cierta frecuencia hasta que me dí cuenta de lo que buscaba en mi balcón. Venía a comer las uvas de un racimo de pasas de moscatel que había colgado en la pared para que se conservaran al fresco. Al cabo de una semana fue comiéndose una a una aquellas pasa.




Devorando pulgones de un jazmín. César Mª Aguilar
La verdad es que estaban ya poco atractivas para mí, pero muy dulces para un mirlo. Con la cámara de fototrampeo orientada hacia el racimo lo pillé in fraganti, pues los mirlos son muy esquivos en espacios tan reducidos. Se tragaba las uvas enterasCuando acabó con ellas le puse una ristra de aceitunas pero pasó de mí, tampoco le gustaron trozos de frutas como manzanas o mandarinas, lo suyo eran las uvas de moscatel. Como ya no tenía más no volví a verlo por el balcón. Este invierno he probado de nuevo y aunque, por los rastros se que ha aparecido, ya no podido verlo. Pero no solo las aves visitan el balcón, con un poco de atención pueden verse otras cosas, aunque hay que bajar la escala de observación. 




Taladro del Geranio (Cacyreus marshalli) C. Aguilar
Es el caso de los pulgones (Aphididae) que se dedicaron a atacar a una variedad de jazmín (Jasminun sp) de jardinería que tenía y que no consiguió pasar el invierno. Nunca he conseguido acabar con los pulgones que les entran a las plantas. Si les pones insecticidas dañas los brotes y otros remedios naturales los disuaden por un tiempo pero luego se recuperan. Así, me alegré un montón cuando apareció por el balcón un ejemplar de mariquita (Coccinella septempunctata) a finales del verano. Allí se pasó varios días comiendo pulgones a diestro y siniestro, pero al final el jazmín se secó con una helada invernal. Otro insecto que me hace menos gracia recibir en el balcón es la mariposa Cacyreus marshalli, cuyas larvas utilizan los geranios como planta nutricia. 

 
 

Dipteros acudiendo a la floración. César Mª Aguilar
En realidad se trata de una especie originaria de Sudáfrica que se ha convertido en un plaga difícil de combatir. A los adultos los veo llegar a finales del verano y hacen sus puestas sobre los tallos. Más tarde descubres los agujeros por los que han salido las orugas y cómo se van zampando las hojas y dejan su rastro de cagarrutas. El mayor problema es que, al hacer las puestas en los tallos, interrumpen la circulación de la savia de la planta y se secan a partir de ahí. Otra floración que atrae muchos insectos es la de unas crasuláceas de flores amarillas a las que llegan muchos dípteros. Tenemos asociado que la polinización se debe solo a abejas y mariposas, pero de ella también participan moscas y moscardones (dípteros).



Araña saltadora y de jardín. Fotos: César Mª Aguilar
Al menos es lo que yo suelo ver que  llega a esas flores, aunque también abejas. Entre ellas hay unos dípteros "camuflados" que aparentan ser abejas pero que miradas detenidamente son moscas. Entre las pistas está mirarles los ojos que en los dípteros son amplios y contactan en la parte anterior, algo que no sucede en las abejas. En unos días a empezar la floración  de esas plantas así que espectáculo de nuevo. Los últimos habitantes del balcón que voy a reseñar son las arañas, de las que suelo ver dos tipos, las típicas de tela de araña de jardín y otras curiosísimas que corren ágilmente y dan unos saltos tremendos llamadas así arañas saltadoras (salticidos).

sábado, 2 de marzo de 2013

Un balcón a la calle San Juan 2

Vistas desde los dos balcones. C.M. Aguilar Gómez.
Hace algunos años una de las dos fachadas que tengo enfrente del balcón tenía un tejado sin arreglar donde criaban gorriones y vencejos comunes. Había un agujero en la base de una viga del alero donde nidificaban ambas especies juntas. El espacio de dentro debía ser amplio pero el agujero de entrada era el mismo para los dos nidos, así que estaba muy animada la panorámica. Coincidió con una época en la que yo trabajaba en casa, de modo que durante la primavera tenía la vista puesta en el ordenador, pero el rabillo del ojo atento a si había algún movimiento en la entrada de los nidos. Vencejos y gorriones llegaron a criar juntos al menos dos temporadas. Al macho de gorrión no había problema para detectarlo, pasaba horas cantando insistentemente marcando el territorio, los vencejos eran otra cosa.




Macho gorrión entrada del nido. C.M. Aguilar Gómez.
Lo veía pasar a toda velocidad por la estrecha calle y en un suspiro desaparecía en la boca del nido. A los pocos minutos salía y se iba tan rápido como había venido, así que salvo que lo pillara in fraganti ni te enterabas de que podía estar allí. Los vencejos son unas aves espectaculares, se pasan prácticamente toda su vida volando salvo cuando entran a criar en los nidos. Sus patas están tan reducidas y sus alas son tan largas que si caen al suelo son incapaces de remontar el vuelo. Los vencejos viven, duermen e incluso copulan en vuelo, solo pisan tierra firme para criar. En cierto modo su forma de vida me recuerda a lo que hacen algunas de las aves marinas más pelágicas como los albatros.




Vencejo mismo agujero del gorrión. C.M. Aguilar Gómez.
A mediados del verano se suelen ver grupos familiares de vencejos volando juntos muy ruidosos. En ese momento era cuando veía posado algún ejemplar a la entrada del nido, imagino que se trataba de alguno de los volantones que aún no tenían el aguante necesario para pasar todo el día volando y que descansaban en la entrada de donde habían criado. Ese fue el único momento en que pude fotografiar a alguno de esos vencejos. Pero con las mejoras del casco viejo, a un técnico municipal le dio por informar de que ese alero estaba inestable. En realidad no estaba muy mal, pero el tejado sí que tenía una reparación pendiente. La rehabilitación llegó en plena época de nidificación y aún con los andamios puestos, los vencejos siguieron entrando al nido cuando no había obreros por allí.


 
Vencejo a la entrada del nido. C.M. Aguilar Gómez.
Más tarde llegaron a poner una malla alrededor del andamio y aún así buscaron un sitio lateral por el que seguir entrando a cebar a los pollos. Los pollos de los vencejos tienen un  desarrollo muy largo, así que los padres una vez hecho el esfuerzo, no iban a abandonarlos a pesar de las obras. Pero finalmente las obras llegaron a desmontar las tejas antes del vuelo de gorriones y vencejos, así que debieron destruir aquellos nidos. Días antes me había percatado de que había otros dos nidos de vencejos bajo las tejas de al lado que me habían pasado desapercibidos. Fue una lástima, además el tejado que dejaron ya no tiene huecos para que puedan volver a criar. 




Nidal para vencejo-gorrión sin éxito C.M. Aguilar Gómez
Junto a mi balcón hay otro tejado que tiene menos altura, de modo que veo el alero desde arriba. Ahí  también he visto alguna que otra vez que han criado los vencejos a escasos metros. Sin embargo por la rapidez con que entran en los nidos son difíciles de localizar al no estar enfrente de mi balcón. Para tratar de recuperar a los vencejos, hace un par de temporadas construí un nidal adaptado para que pudieran criar. Incluso hice en el nidal un par de alturas dentro para que pudiera criar también el gorrión, pero nada, de momento ha sido un completo fracaso, lo admito. El diseño no me parecía malo y está junto al alero donde sí que crían, así que albergué esperanzas, pero hasta el momento sin resultados. Esta temporada aún no han llegado los vencejos, quizás en unos meses tenga que contar algo nuevo, cruzo los dedos.


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